Atendiendo las fechas, donde en el mes de marzo se conmemora el día internacional de la mujer, y teniendo presente todo lo que está ocurriendo en nuestra actualidad, resulta necesario tocar el tema de la desigualdad que en pleno 2020 sigue ocurriendo. Ya sea por prejuicios, ideologías o cultura, las mujeres siguen sufriendo estas cuestiones. La desigualdad social, laboral y económica sigue siendo tema de lucha por el cual las mujeres, actualmente, se encuentran en un hartazgo alzando la voz.
Si bien es cierto que en México han existido avances en materia de protección a la mujer, también lo es que aun falta mucho por hacer para erradicar las diferencias entre ambos géneros. El hecho de que actualmente sean más sonados los beneficios que obtiene la mujer en cuestiones legales, no quiere decir que no exista ya, la discriminación o desigualdad por su género.
Algunos ejemplos, como ya fueron mencionados anteriormente, son la desigualdad laboral, donde ideas como que la mujer no pertenece al ambiente corporativo representan obstáculos que limitan al desarrollo profesional femenino. También, las empresas valoran la disponibilidad de tiempo completo para desempeñar algún puesto, y las mujeres se encuentran en desventaja porque son ellas quienes deben asumir los “roles del hogar”. Generalmente las madres y las mujeres jóvenes mexicanas son las que se enfrentan a grandes obstáculos para realizar trabajo remunerado. Recientemente, el Secretario general de la OCDE señaló que la tasa de participación de mujeres en el mercado laboral es además muy inferior a la masculina, la cual es de 82%.
Aunado a esta desigualdad, las mujeres tienden a sufrir acoso o violencia laboral con mayor frecuencia, y por tal motivo, surge la necesidad de cambiarse de trabajo, por lo que se encuentran más susceptibles a sufrir de inestabilidad laboral.
Atendiendo al tema económico y relacionado con lo laboral, es verdad que aún los salarios son más altos para los hombres que para las mujeres. También, los puestos más altos en las corporaciones consciente o inconscientemente son asignadas a los hombres. Recientemente la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, señaló que en México el salario de las mujeres es 23% menor que el de los hombres, y un estudio realizado por la OCDE encontró que 1 de cada 200mil mujeres llega a ser CEO de una empresa.
Por otra parte, respecto a la desigualdad social, nos encontramos con una sociedad que continúa siendo machista, que continúa asignando roles del hogar a la mujer, y roles de trabajo y sustento a los hombres. Nos encontramos ante una sociedad que sigue normalizando conductas machistas y que continúa llena de prejuicios.
Un claro ejemplo es un estudio realizado recientemente por la organización Reinserta, donde se reveló que el sector femenino recibe sentencias mayores que los hombres por los mismos ilícitos. Las mujeres pueden llegar a recibir una sentencia de hasta 23 años por delitos graves, mientras que los hombres reciben una sentencia de 17 años. Esto surge debido al estigma social que se tiene, donde la mujer tiene una figura de ser la correcta, y cuando comete una conducta reprobable, el reproche o la desaprobación social es más fuerte que hacia los hombres.
Todo lo anteriormente mencionado, son claros ejemplos de que las mujeres (y niñas) siguen sufriendo desigualdad, discriminación y violencia (tanto en México, como en otras partes del mundo). Es por eso, que actualmente el tema de las mujeres ha tomado fuerza, por el hartazgo que han arrastrado a lo largo de los años. Esto no es un tema que surgió o se propagó de la noche a la mañana, es algo que ya existía, o más bien, no ha dejado de existir, sin embargo, actualmente las mujeres han decidido alzar la voz, en busca de cambios.
Ahora bien, debemos tener presente que este no es un tema meramente donde la misma sociedad deba cambiar, sino que también en materia política y temas legislativos se deben tomar cartas en el asunto. Debemos tener presente que la igualdad de género es un derecho fundamental, y no sólo esto, sino que es la base para conseguir una sociedad pacífica y próspera.
Se deben adoptar decisiones políticas, estableciendo nuevos marcos legales sobre la igualdad de las mujeres tanto en el lugar de trabajo, como nivelar los roles del hogar, toda vez que la erradicación de las prácticas nocivas sobre las mujeres es crucial para acabar con la discriminación basada en el género que prevalece en México y en muchos países del mundo.
Igualmente, no basta con aumentar las penas, sino que se debe también tomar en cuenta la creación de la fiscalía para feminicidios, que tanto urge, para cubrir la deuda de justicia que tiene el país con este género.
Actualmente el país debe tomar un compromiso enorme para erradicar todo lo que sigue pasando y que ha ido en incremento en contra de la mujer, de lo contrario, la sociedad continuará dividida y esto generará un estancamiento nacional.