LAS DOS PANDEMIAS
Este 9 de marzo de 2021 se cumple un año de aquel movimiento nacional de “Un día sin mujeres”. Ese movimiento sin precedentes que logró que hasta los más altos niveles de gobierno participaran en conjunto con activistas y otros grupos de la Sociedad civil para expresarse en contra de los feminicidios, la violencia de género y el acoso sexual del que las mujeres somos víctimas.
Aquel día en la Ciudad de México desaparecimos las mujeres, protestamos con nuestra ausencia para que de la manera más palpable se hiciera notar que el país se paraliza cuando las mujeres dejamos de trabajar, de producir, de adquirir, de cuidar, de existir.
Y es que ese era el punto del movimiento, después de manifestarse con colores y diamantina, luego de gritar al viento por qué tantas mueren más cada día; después de derribar monumentos, y luego de aferrarnos a ser escuchadas sin éxito, ahora tocaba desaparecer para que se valorara a la mujer desde esa perspectiva, su ausencia. Aquel día nos manifestamos en silencio pensando que habíamos gritado a nuestro México ya basta una vez más y que esta vez seríamos escuchadas.
Qué ironía la del destino de que nos alcanzó una semana después la pandemia que nos hizo desaparecer de las calles durante meses, no nada más a mujeres, sino a toda la sociedad para contener un monstruo mortal que estaba por atacarnos, y que lo sigue haciendo de una manera inimaginable.
A este monstruo viral se le sumo aquél con el que peleamos tan convencidas de lograr algo. La epidemia de violencia de género con la que hemos lidiado durante tantos años, y contra la que pensamos que habíamos logrado algo con nuestra ausencia aquel lunes 9 de marzo.
No hay lugar más seguro que el hogar.
En México tan sólo en agosto de 2020, se registraron más de 55 mil llamadas de emergencia por violencia familiar. En un estudio realizado por Naciones Unidas se demostró que durante el confinamiento aumentó el estrés debido a la incertidumbre relacionada con la enfermedad. El estrés se reflejó en muchos casos en violencia doméstica, lo que se tradujo en un incremento en el índice de víctimas de abuso físico y psicológico.
Las circunstancias en las que estaban inmersas impedían en muchas ocasiones la denuncia, y por lo tanto el acceso al apoyo policial, jurídico y servicio social, poniendo aún más en riesgo la salud física y mental, y por supuesto dejando impunes a los agresores.
Al final del 2020 se contabilizaron un total de 939 feminicidios en México, tan solo cuatro menos que el año anterior, y más de 57 mil víctimas de lesiones dolosas[1], y esa es una cantidad estimada, por los tantos casos que no se denuncian. Estos números me lleva a pensar que esta lucha está lejos de ser ganada, debe continuar y no debe parar hasta el día que tengamos cero muertes y ningún caso de violencia intrafamiliar.
La OMS ha emitido una serie de recomendaciones para aquellas mujeres que se encuentran viviendo algún tipo de violencia, por lo que a continuación comparto la liga correspondiente[2], con la intención de que sepan que no están solas y que seguiremos luchando para lograr un mundo seguro para todas.
[1] Cfr., “Información sobre violencia contra las mujeres”, Centro Nacional de Información, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, 31 de enero 2021.
[2] https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/question-and-answers-hub/q-a-detail/violence-against-women-during-covid-19?gclid=Cj0KCQiAvvKBBhCXARIsACTePW9Ed5XfQ934UD2x_SlkSS_eYOu2abJBQt7VPFfxttI5edMgbBupQ7QaAmU5EALw_wcB