El bienestar de un menor debe ser lo primordial para los padres, sobre todo en un proceso de ruptura en el que los padres se encuentren, toda vez que son los hijos los principales perjudicados en su esfera familiar.
Es importante resaltar que la guarda y custodia es diferente a la patria potestad; ya que, la patria potestad es ejercida por ambos padres estén o no separados o divorciados y engloba una representación general del menor, así como administración de sus bienes, mientras que la guarda y custodia de un menor consiste en la convivencia diaria con el menor, el cuidado y asistencia diaria de las necesidades y bienestar de este.
La legislación en México permite que los padres después de atravesar por un proceso de divorcio, puedan acordar sobre la guarda y custodia de un menor y, al no existir acuerdo alguno, el Juez Familiar competente tiene la facultad velando en todo momento por el interés superior de los menores de decidir acorde a las circunstancias especiales de cada caso, sobre lo conducente a la guarda y custodia de un menor, quedando este al cuidado de uno de los progenitores mientras que el progenitor que no detente la guarda y custodia queda obligado para con el menor a contribuir en alimentos y preservar el derecho de convivencia.
Es de destacarse que por Ley ambos padres tienen el mismo derecho de detentar la guarda y custodia de un menor de edad, lo que implica una igualdad de género ante las circunstancias por lo que, el Juez fijará esta siempre velando por el interés superior del menor, su estabilidad emocional, física y social, por este motivo tanto padre como madre pueden obtener la guarda y custodia del menor atendiendo las circunstancias especiales en cada caso.
El perder la custodia de un hijo es una situación trascendente y difícil para cualquier padre o madre, es por ello que, si te encuentras en una situación similar, comunícate con nosotros y te brindaremos atención especializada en tu caso.