En estos tiempos en los que aún se encuentran ciertas restricciones derivadas de la contingencia sanitaria por COVID19 y distanciamiento social, las empresas se han adaptado para mantenerse y atender las nuevas necesidades de los consumidores, por lo que la comercialización de sus productos y servicios en línea y/o a domicilio se ha convertido en un nuevo modo de venta, dependiendo de la actividad comercial de cada empresa. A esta forma de comercializar se le denomina Comercio Electrónico o E-commerce.
La música, imágenes, fotografías, programas informáticos, diseños, sistemas, entre otros, son elementos que dan vida al Internet y son el medio y principal atractivo para llegar a las personas vía E-commerce. Dichos elementos están protegidos por derechos de Propiedad Intelectual, ya sea en temas de derechos de autor, o bien, de propiedad industrial como es el caso de las marcas que son la imagen que les permite a los negocios distinguirse frente a otros, dándoles reconocimiento y renombre y, con su registro, la exclusividad para usarlas dentro del país para la protección de sus titulares en casos de competencia desleal, usos no autorizados, falsificaciones, entre otros.
Una gran parte del valor de una empresa que desempeña sus actividades en E-commerce consiste en su propiedad intelectual. El poder de una empresa de comercio electrónico dependerá en gran medida de la solidez y protección de su propiedad intelectual, ya que las patentes y marcas así como los derechos de autor que ésta tenga, serán el mayor activo para hacer frente a las nuevas necesidades ante la realidad que enfrentamos por virtud de la emergencia sanitaria no sólo en el México, sino en el mundo, por lo que es necesario e indispensable proteger al día de hoy la propiedad intelectual de las empresas que, además de aumentar su valor, es la una de las herramientas principales para subsistir en esta época de cambios inesperados.
Es por ello que tanto emprendedores como grandes corporaciones que estén actuando vía comercio electrónico, deben contar con los elementos legales necesarios para enfrentar las diversas situaciones derivadas del uso de marcas y propiedad intelectual de cualquier tipo por esta vía, ya que de esto dependerá, por un lado, el reforzar el valor del negocio por sí mismo, así como el cumplimiento de la ley sin invadir derechos de terceros que puedan reclamar el uso indebido de intangibles.