A la hora de introducir una marca en el comercio chino, se podría pensar en la encrucijada de tener que escoger entre mantener su denominación original u optar por una traducción literal o usar como denominación el sonido más similar posible en lengua local o buscar un nombre qué, aunque no concuerda con las letras que conforman la denominación, evocan un símbolo que la marca considera representativo.
Sin embargo, la realidad es que la única y real limitación legislativa china es que cualquier denominación debe ir de la mano con su correspondiente etiquetado traducido a su sistema lingüístico.
La marca que decida incursionar en la aventura China, debe colmar una investigación previa que determine si ya existe una versión china de la misma o del producto que ampara, para determinar su viabilidad de registro.
Existe la posibilidad de registrar una marca multiclase y como característica distintiva nos topamos con la posibilidad de aceptar las marcas sonoras, ampliando así la definición de una marca y adaptándose a nuevas tendencias de marketing regional en las que un sonido permite diferenciar un producto de otro.
KNR cuenta con una oficina asociada en China, que está a tus órdenes para obtener el registro de marcas y patentes en ese país, dando seguridad a tu propiedad industrial.