Las marcas, patentes, los nombres comerciales y los derechos de autor son elementos que no podemos tocar o agarrar, son determinados intangibles. Sin embargo, el hecho de que algo sea intangible no significa que este carezca de valor. Para una empresa el registro de su marca, o en el registro de una patente puede llegar a representar hasta el 70% de sus activos. El llamado capital intelectual es la clave de su dominio del mercado y de la rentabilidad que esta pueda ofrecerles.
Si una empresa no considera necesario registrar su marca o logo, pero dirige todo su capital a dar a conocerse, esto podría terminar en pérdida para esta puesto que el uso indebido por parte de terceros puede representar no solo perdida monetaria, si no, que puede en el peor escenario derivar en la prohibición de uso de su signo distintivo sin previa autorización, en caso de que alguien más logre obtener el registro. En el caso de la patente, su registro impide el uso sin autorización por parte de terceros por un período de 20 años, otorgándole ganancias exclusivas a su creador durante ese tiempo.
El registro oportuno del signo distintivo o la invención le otorga a la empresa una lista de beneficios que solo llevando el registro a cabo es posible obtener. La posibilidad de crecimiento y exportación, además del reconocimiento al prestigio y la constancia, son alguno de estos beneficios alcanzables solo mediante registro. Además solo demostrando la titularidad efectiva es posible empezar a fomentar relaciones comerciales de permisos de uso y hasta la venta o traspaso de la marca.