Uno de los mejores sentimientos que el ser humano puede experimentar, es el sentir que pertenece a una nación, que se identifica con esta y sus costumbres, y a su vez está protegido por dicha patria, básicamente ese es el concepto de Nacionalidad.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue el primer gran acuerdo entre las naciones del mundo sobre la libertad, igualdad y la dignidad humana; la cual fue aprobada por el Consejo de las Naciones Unidas en 1948, enlistando lo que serían los derechos humanos de cualquier persona, independientemente de su raza, sexo, religión, nacionalidad o país de origen. Dicha declaración cuenta con un total de 30 artículos, entre los cuales encontramos y destacamos el siguiente: “Toda persona tiene derecho a una nacionalidad y a cambiar de nacionalidad.”[1]; después de tener este punto claro debemos explicar las formas en las que una persona es acreedora a la nacionalidad, la cual se deriva de 4 figuras: Ius sanguini, Ius Soli Ius domicili e Ius optandi. Cada una de ellas se refiere a lo siguiente:
Ius sanguini: Los nacidos de madre o padre de un paísrecibirán la nacionalidad de dicho país por el mero hecho de ser hijos suyos.
Ius Soli: Se obtiene la nacionalidad por el lugar donde se nació, esto incluye aeronaves y embarcaciones nacionales.
Ius domicili: La nacionalidad se adquiere por el lugar del domicilio, es decir en donde la persona esté viviendo y esta se consigue tras residir en un mismo lugar por un período de tiempo prolongado.
Ius optandi: Derecho de optar, es el poder de optar a una nacionalidad distinta de la que se ostenta; tiene lugar cuando la persona puede escoger entre dos o más nacionalidades originarias, o lo que es lo mismo, cuando no concuerden el derecho de suelo y el derecho de sangre (ius soli – ius sanguinis) y se puede escoger entre las nacionalidades a las que se tiene derecho.
Pero ¿Qué pasa cuando una persona no puede acceder a una nacionalidad? En estos casos la persona es conocida como apátrida, palabra que derivada de su etimología griega se traduce literalmente como: “que no tiene nacionalidad”, debemos definir cómo es que una persona se puede quedar sin nacionalidad, si atendemos a los principios antes mencionados, las causas pueden ser las siguientes:
- Debido a que el país donde nació ya no existe
- Por existir un conflicto bélico en el país de origen de los padres y nacer en el desplazamiento, tal es el caso de miles de niños que debido a la guerra civil en Siria han nacido en campos de refugiados, en donde no se les puede reconocer nacionalidad alguna.
- Por ser mujer, en este caso es porque las mujeres no tienen los mismos derechos que un hombre, entonces la mujer no puede transmitir su nacionalidad a sus hijos. Así que, si se es madre soltera, el padre no se conoce o está muerto, el niño queda sin nacionalidad. Alguno de los países donde esto sucede son: Arabia Saudita, Bahréin, Barbados, Bahamas, Burundi, Irak, Jordania, Líbano, Malasia, Nepal y Omán.
- Discriminación.
Es posible pensar que el no poseer una nacionalidad no causa mayor problema, sin embargo, el ser apátrida trae consigo consecuencias, entre las cuales podemos destacar:
- No poder acceder a un trabajo estable.
- No poder tener acceso a salud pública
- No ser aptos a una jubilación
- No poder viajar al extranjero, ya que sin nacionalidad no se puede expedir un pasaporte
- No poder votar en el país donde se encuentren viviendo
- No poder realizar estudios de cualquier nivel
Realmente si somos objetivos el panorama de una persona apátrida es bastante complicada, sin embargo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, por sus siglas ACNUR, lleva varios años trabajando en evitar que las personas continúen en dicho estado de vulnerabilidad, uno de los resultados de este arduo labor fue que en el año 2015 los siguientes países: Argelia, Bangladesh, Egipto, Indonesia, Kenia, Marruecos, Senegal, Surinam, Túnez, Yemen y Zimbabue, anularon las leyes donde una mujer no podía transmitirle la nacionalidad a sus hijos.
México no se ha quedado atrás ante esta situación, y es que ha tomado ciertas iniciativas, como expedir el Documento de identidad y viaje, este es un documento reconocido como una identificación oficial en territorio nacional y con el cual se puede viajar al extranjero, también tiene la finalidad de poder regular la situación migratoria de la persona y si este lo desea y cumple con los requisitos necesarios poder acceder a la naturalización y poder obtener la nacionalidad Mexicana. A su vez el 20 de marzo de 2014 entro en vigor el tratado internacional titulado: “Convención sobre el Estatuto de los Apátridas”[2], en el cual el gobierno mexicano estableció que el ser apátrida no será un motivo de discriminación para poder acceder a un empleo y a su vez a ser parte del seguro social con todos los beneficios que esto conlleva.
El que una persona apátrida sea reconocida y su situación se erradique, puede ser de mucho beneficio para los países donde ellos se encuentren, porque se puede aprovechar su talento, energía y trabajo. Si tú eres una persona que se encuentra en esta condición y quieres regular tu situación en Mexico, no dudes en acércate a KNR Abogados, ya que contamos con un equipo especializado en materia migratoria que puede apoyarte.
[1]https://eacnur.org/blog/declaracion-universal-los-derechos-humanos-lista-articulos-tc_alt45664n_o_pstn_o_pst/
[2] https://aplicaciones.sre.gob.mx/tratados/ARCHIVOS/APATRIDAS.pdf