Sin duda alguna, la industria del deporte es una industria millonaria donde los intereses de diversos actores económicos y políticos convergen y, por supuesto que, como abogada en la materia, me resulta prácticamente imposible concebirla sin la existencia de la Propiedad Intelectual, pues tal y como lo abordaremos, esta rama del Derecho no sólo ha provisto a las empresas una protección real y efectiva de sus activos intangibles, sino que también se ha constituido como el punto focal de inmensas oportunidades comerciales.
En ese sentido, me resulta importante subrayar el hecho de que el objetivo principal de la Propiedad Intelectual es impulsar y fomentar la innovación y creatividad humana mediante mecanismos y figuras jurídicas que les permitan a los inventores y creadores obtener una retribución justa por su trabajo y proteger sus derechos.
Y es así como, basta con tan sólo observar un evento deportivo para confirmar que como en cualquier otro ámbito de nuestra vida, el Derecho de la Propiedad Intelectual está presente en pequeños y grandes detalles, pues lo podemos encontrar tanto en la tecnología detrás de la suela de los tenis deportivos de los corredores y maratonistas o de la tela de los trajes de baño utilizados por los nadadores olímpicos, hasta en las marcas estampadas en los uniformes de los futbolistas y comerciales transmitidos durante el Super Bowl.
Un ejemplo claro de la relevancia de la Propiedad Intelectual en la industria deportiva es el caso de las empresas que invierten millones de dólares al año en el desarrollo de productos nuevos y mejorados, mismas que sin los beneficios que conllevan los sistemas de protección de PI y figuras como las patentes y los modelos de utilidad, no podrían estar invirtiendo constantemente en investigaciones tecnológicas y científicas para el mejoramiento de los equipos deportivos.
Igualmente, tenemos el caso de las marcas, que sin duda alguna, constituyen uno de los elementos centrales de la industria deportiva, pues permiten a los consumidores relacionar de manera directa una serie de productos con un proveedor en específico que, de cierto modo, ya posee una fama y reconocimiento, tal es el caso de marcas como Nike, Adidas, Under Armour, las cuales se encuentran presentes en la mayoría de los eventos deportivos, ya sea a través de sus comerciales y promocionales o de los patrocinios en uniformes y demás equipo deportivo.
Lo anterior, nos deja más que claro que los derechos de Propiedad Intelectual y la protección jurídica que éstos implican contribuyen de manera directa a generar inversiones a gran escala en el deporte y, en consecuencia, el impulso y expansión de la industria y la creación de nuevos empleos.